domingo, 19 de enero de 2014

Elementos constructivos del acto moral

La voluntad es la toma de  decisiones que sin ser obligadas por otro miembro de la sociedad para llegar a un fin.
ELEMENTOS QUE ESTRUCTURAN EL ACTO MORAL
Parte de los mismos elementos que intervinieron en la definición de moral, tomada como un todo, vendrán a constituir ahora la naturaleza de los actos que la expresan; pues la moral se integra precisamente tanto con elementos abstractos e ideales: norma, principios y valores que configuran el mundo del “deber ser” o de las obligaciones; como concretos y reales: los actos y hechos de la conducta que forman el mundo fáctico de lo que es, fue o será moral (fáctico: del latín factum; lo que es de hecho) es decir, el mundo que presupone las dos categorías básicas de la realidad: el espacio y el tiempo, pero que traducidas al ámbito de la existencia humana equivalen respectivamente a su dimensión social e histórica.
Es necesario, por tanto, observar que la moral se constituye esencialmente con ambos aspectos y no solo con el de las normas, principios y valores, como habitualmente se ha venido pensando, sobre todo para evitar de esta otra manera una confusión con la ética; pues al no reconocer a los actos mismos como parte de los elementos constitutivos de la moral, la ética puede adoptar fácilmente el mismo carácter normativo, directo, proveniente del nivel abstracto en que se asientan sus normas y valores. Esta confusión podría evitarse al aceptar también a dichos actos y obligarse así al estudio de las condiciones sociohistóricas en que se realizan, con la consiguiente posibilidad de un desarrollo más científico en la ética.
EL Dr. Sánchez Vázquez nos señala claramente las relaciones que median entre el mundo d elo normativo y de lo fáctico. En el capítulo de su Ética (obra ya citada), dedicado precisamente al estudio de la esencia de la moral, nos señala que esta relación presenta un carácter muy peculiar, que debe entenderse de la siguiente manera: en toda norma de conducta va implícita una exigencia de realización; al postular lo que es debido, ellas apuntan a la esfera de los hechos, se cumpla o no lo ordenado a nuestra conciencia.
Pero esta exigencia de realización se agudiza especialmente en la esfera de las normas morales, debido a que los valores que las fundamentan están dotados de una mayor trascendencia social; ante ellos es indebido permanecer indiferentes en virtud de las consecuencias tan graves que acarrearía tal actitud. Indiferencia que además resulta inconcebible para nosotros, que hemos considerado al hombre como un ser constitutivamente moral.
Por otra parte, a pesar de lo inevitable que resulta la necesidad de optar en un sentido u otro, de cumplir o no con el mandato normativo y superar la indiferencia, esto no significa de ningún modo que, a su vez, entre los dos campos: el de lo ideal o normativo y el real o fáctico no prevalezcan al mismo tiempo insuperables distinciones. Siempre, entre el mundo de las ideas y de los hechos mediará una distancia que jamás, hombre alguno podría llenar plenamente. Lo característico de los grandes hombres ha sido en efecto, el esfuerzo y dedicación por alcanzar elevadas metas e ideales muy nobles, y por haberlo ignorado en alto grado, pero siempre de un margen considerable de imperfecciones y limitaciones que se derivan de la propia finitud e imperfección de la naturaleza humana.http://filosos.wordpress.com/2012/09/05/elementos-que-estructuran-el-acto-moral/

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